MUJERES DE ROMA. SEDUCTORAS, MATERNALES, EXCESIVAS

A partir de las excepcionales obras del museo del Louvre, CaixaForum Palma ahonda en la imagen femenina, diversa y plural, en la antigua Roma.

La mujer romana era, al mismo tiempo, objeto de amor y de temor, de deseo y de desprecio. Fuese una respetable matrona o una prostituta, una sacerdotisa o una emperatriz, era considerada inferior según las leyes, y permanecía siempre como una menor, es decir, jurídicamente igual que los niños. Dependía, en primer lugar, de la autoridad de su padre, y, si contraía matrimonio, de la de su esposo. De hecho, la palabra virtu, virtus, deriva etimológicamente de la palabra vir, que significa “hombre”. Siendo la virtud propia del ámbito masculino, se comprende por qué las mujeres fueron apartadas de la vida cívica.

Mediante una selección de piezas procedentes de las colecciones del museo del Louvre, esta exposición muestra que, hacia el principio de nuestra era, la mujer empezó a asumir nuevos roles. De hecho, la literatura antigua y los mitos clásicos dan cuenta y razón de numerosos personajes femeninos que ocupan el centro de los relatos. En los inicios del imperio, esas figuras históricas o legendarias invaden la decoración doméstica de los romanos y los objetos que los acompañan en su vida cotidiana.

A pesar del papel subalterno, fundamentalmente de madres y esposas, que cumplían según las leyes y costumbres, las mujeres protagonizan las representaciones, con frecuencia mitológicas, que se despliegan en los muros, en la decoración de terracota o en la pintura, las joyas, la pequeña estatuaria y los objetos familiares. Su presencia atestigua una nueva sensibilidad, muy alejada de la moral tradicional que las condenaba a moverse en la esfera privada. La mujer encarna desde ese momento principios positivos como la fertilidad, la prosperidad, la creación o el poder del destino. El sentir femenino aparece como más rico que el masculino y, en una sociedad más individualista, las relaciones entre hombres y mujeres se conciben como intercambios equitativos en los que se comparten deseos y poder.

Esta nueva sensibilidad no proviene únicamente del cambio estético surgido con la era de Augusto, sino también del nuevo espacio que las mujeres ocupan en la esfera pública. Las esposas de los emperadores no son las únicas influyentes, en todas las ciudades del imperio hay mujeres que llegan a administrar fortunas y a encargarse de importantes ceremonias religiosas. Se demuestra así que la sociedad romana y sus condiciones de vida concretas fueron por delante de las leyes y las mentalidades.

Mujeres de Roma. Seductoras, maternales, excesivas reúne 177 piezas romanas de primer orden procedentes de las colecciones del museo del Louvre que representan a mujeres, diosas y seres mitológicos, y que ponen el foco en aquello que resultaba más próximo a las mujeres romanas: la decoración doméstica que las rodeaba y los objetos que las acompañaban en su vida cotidiana.

La muestra nace del deseo de estudiar, restaurar y poner de relieve las colecciones de pintura mural y de placas de terracota arquitectónica del Departamento de Antigüedades Griegas, Etruscas y Romanas del museo del Louvre. Así, entre las piezas seleccionadas destacan el conjunto de pinturas murales procedentes de Pompeya o las denominadas placas campanas, una treintena de relieves en terracota restaurados recientemente gracias al acuerdo de colaboración entre la Obra Social ”la Caixa” y el museo del Louvre, y que se presentan por primera vez en los centros CaixaForum en los que itinera la muestra. La exposición llega a CaixaForum Palma tras pasar por Madrid y Zaragoza.

Además de la pintura mural y las placas de terracota, destacan en la muestra otras piezas como las numerosas esculturas y bustos en mármol, los mosaicos y muchos objetos de uso cotidiano: desde lámparas de aceite hasta candelabros, espejos, horquillas y camafeos, además de varias joyas.