EL FARO DE ALEJANDRÍA

Ptolomeo, tras la muerte de Alejandro Magno, se hizo con el control de Egipto y fijó su capital en Menfis, la antigua capital del Egipto faraónico, aunque poco a poco la ciudad de Alejandría, en el delta del Nilo, fue ganando mayor importancia, convirtiéndose en una importante ciudad comercial, haciendo de puente entre las mercancías que provenían de Oriente y el comercio del Mediterráneo.

Debido a este importante comercio se había construido un puerto artificial, uniendo la ciudad con la isla de Faro a través de un malecón, llamado Heptaestadio, que albergaba no sólo los barcos comerciales si no también la flota militar.

Para facilitar la salida y llegada de los barcos tanto de día como de noche, Ptolomeo I decidió construir en el extremo de la isla una enorme torre que debía servir para guiar a los marineros.

Se construyó entre los años 285 y 247 A.C. por el arquitecto Sóstrato de Cnido y aunque no nos quedan restos arqueológicos, podemos hacernos una idea de como era por monedas, por la tumba de un habitante de Alejandría, que maravillado con el faro decidió imitarlo, aunque en menor escala, y porque sirvió de modelo a decenas de faros construidos en época helenística y romana, como el faro de la Torre de Hércules en Finisterre, La Coruña.

Monedas de época romana
Aunque la fuente más fidedigna es la descripción que hace Ibn al-Shaykh, un viajero andalusí que a mediados del siglo XII visitó Alejandría, y pudo contemplar, visitar e incluso medir el faro.

Tumba en Alejandría, imitando el faro
La torre estaba formada por tres cuerpos y una base, construida con sillares unidos por argamasa para que el agua no entrara, el primer cuerpo era cuadrado, el segundo octogonal y el tercero circular. Los dos primeros cuerpos estaban decorados con esculturas de tritones y en la parte superior había una enorme estatua del dios Poseidón, que en época musulmana se sustituyó por un pequeño oratorio.

Para su funcionamiento durante el día se usaba un espejo para reflejar la luz del sol, mientras que por la noche, para que el faro pudiera seguir estando activo, se encendía un fuego.

Su construcción fue tan novedosa que el nombre de la isla llegó a convertirse en el nombre con el que se conocerían el resto de torres construidas con la misma finalidad.

Más de mil años después de su construcción los musulmanes seguían manteniendo el faro funcionando, aunque tuvieron que repararlo en varias ocasiones debido a los desperfectos causados por el tiempo, los elementos y los terremotos.

Ciudadela de Qaitbei
Sin embargo dos fortísimos terremotos, en 1303 y 1323, dañaron su estructura y seguramente derribaron parte de los cuerpos superiores, quedando completamente inservible, por lo que en el siglo XV, el sultán de Egipto, Qaitbei, decidió reutilizar los sillares y construir una fortaleza para defender la entrada al puerto de Alejandría.