FRIDA KAHLO




Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nació en Coyoacán, México D.F., en 1907, aunque a ella le gustaba decir que había nacido en 1910 al mismo tiempo que estalló la Revolución Mexicana, en la misma casa, La Casa Azul, que la vio morir 47 años después.

Fue la tercera de las hijas del matrimonio formado por Carl Wilhelm (Guillermo) Kahlo, fotógrafo alemán, del que Frida solía contar que descendía de judíos húngaros, algo que nunca se ha podido demostrar, y su segunda mujer, la mexicana Matilde Calderón. La relación que mantuvo con ellos fue dispar, mientras que la relación con su madre estuvo marcada por sentimientos ambivalentes de amor y odio, la relación con su padre fue siempre de amor y complicidad, siendo su mayor apoyo, sobretodo cuando contrajo una poliomielitis que con apenas siete años la dejó varios meses postrada en una cama, dejándole secuelas en la pierna derecha, que quedó más delgada y con el pie atrofiado, a pesar de ello, su padre, que siempre la acompañó en su enfermedad y rehabilitación, la animó a practicar deportes no muy comunes, en la sociedad mexicana de su época para una niña, como fútbol o boxeo.

Fue en estas fechas que empezó a pintar, recibiendo lecciones de Fernando Fernández un reputado impresor amigo de su padre, que la contrató como aprendiz para copiar grabados de Anders Zorn. Las obras que realizó en esta época fueron básicamente autorretratos y retratos de su familia y amigos, pero son muy pocas las que se conservan, algunas fueron destruidas por la propia Frida y otras, simplemente, desaparecieron.

Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria, donde coincidió con algunos de los mejores intelectuales y artistas de México, formando parte de un grupo de alumnos conocidos como Los Cachuchas. Su actividad y posición política se movía entre las ideas anarquistas y revolucionarias románticas, se autodefinían como un grupo crítico con la autoridad y protestaban contra las injusticias. Fue aquí donde vio por primera vez a Diego Rivera, mientras realizaba su primer mural en el Anfiteatro Simón Bolívar de la escuela, el grupo se burlaba de él y trataban de excitar los celos de su mujer, Lupe Marín.

El 17 de septiembre de 1925, con apenas 18 años, sufrió un accidente que cambiaría su vida y su arte por completo. El autobús en el que viajaba fue envestido por un tranvía, Frida sufrió múltiples heridas y los médicos no estaban seguros de que pudiera sobrevivir. Sufrió la rotura de la columna vertebral en tres sitios, así como la clavícula, tres costillas, la pierna y el pie derecho, un pasamanos le atravesó la cadera izquierda saliendo por la vagina, produciéndole una triple fractura de la pelvis que le impediría tener hijos, sobre este suceso Frida comentaba que había sido la forma brutal en la que había perdido su virginidad.

Debido al accidente tuvo que guardar reposo durante meses y empezó a pintar de manera más continuada. Le construyeron un caballete especial que se apoyaba en la cama y un espejo bajo el dosel, desde el que podía verse y convertirse en modelo para sus obras.


En 1926 pintó su autorretrato, el primero de una larga serie en los que plasmó los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían.

Autorretrato (1926)
Con el tiempo su pintura se volvió más compleja y empezó a frecuentar ambientes políticos, artísticos e intelectuales cercanos a las ideas comunistas. En ellos entró en contacto con la fotógrafa Tina Modotti, a través de la cual conoció, formalmente, al hombre mas importante de su vida, o como ella lo calificó una vez el segundo gran accidente de mi vida, el pintor Diego Rivera.

Frida había quedado fascinada, tanto por el artista como por el hombre. Un día se acercó hasta el edificio de la Secretaría de Educación Pública, donde Rivera trabajaba en una serie de murales y le enseñó su trabajo, el pintor quedó muy impresionado y la animó a continuar pintando. Un año después, el 21 de agosto de 1929 contraían matrimonio.

Frida Kahlo y Diego Rivera
A partir de su matrimonio con Rivera su estilo cambió, dejó atrás los modelos europeos y se basó en las raíces y el folclore de la cultura mexicana. Rivera también fue quien le sugirió vestir con el traje tradicional mexicano, largo y colorido, y con joyería exótica, algo que mezclado con sus pobladas cejas juntas, siempre se negó a depilarse, los labios rojos y el pelo negro azabache recogido en un moño y adornado con coloridas flores, constituirían el distintivo de Frida Khalo.

El inestable y complicado ambiente político que se vivía en México en 1931, bajo el mando de Plutarco Elías Calles, hizo que muchos comunistas y simpatizantes de izquierdas, entre ellos Frida y su marido, emigrasen a Estados Unidos. Su estancia en este país duró cuatro años, durante los cuales Frida sufrió su segundo aborto, que representó en la obra Aborto en Detroit.

Aborto en Detroit (1932)
Tras su regreso a México, Diego Rivera empezó una aventura con la hermana menor de Frida, Cristina. Este suceso marcaría un punto de inflexión en su matrimonio, Diego nunca había sido un hombre fiel, aunque de alguna manera Frida conocía y consentía estas relaciones, quizá esperen oír de mí lamentos de “lo mucho que se sufre” viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr, pero a partir de este momento Frida tampoco lo fue, decidiendo que continuarían juntos pero su matrimonio sería una relación abierta. Frida empezó a mantener relaciones no sólo con hombres sino también con mujeres. Entre sus amantes estuvo el líder revolucionario ruso León Trotsky, aunque esta relación podría verse como una infidelidad en forma de venganza, debido a que Trotsky era uno de los personajes más admirados por el muralista mexicano. El matrimonio continuó hasta 1939, año en que se divorciaron, volviendo a contraer matrimonio un año más tarde. No volverían a separarse hasta la muerte de Frida.

Diego en mi pensamiento (1943)
En 1938 André Breton, simpatizante de las ideas políticas de Trotsky, viajó hasta México para conocerlo, cuando vio las pinturas de Frida quedó impresionado.

A finales de ese mismo año Frida presentó su primera exposición individual en la galería Julian Levy de Nueva York y Breton escribió el prólogo del catálogo donde reiteraba su admiración por la obra de la pintora. Al año siguiente viajó a París, aceptando la invitación de Bretón para realizar una exposición en la ciudad, pero a su llegada se encontró con que no se había preparado nada, ni siquiera se habían recogido sus obras de la aduana, a pesar de todo decidió continuar con la exposición con el apoyo de Marcel Duchamp. La exposición se inauguró seis semanas después, recibiendo grandes elogios y el Museo del Louvre adquirió una de sus obras, aunque en general no fue un éxito financiero. Frida se sintió decepcionada de los surrealistas, de París y de Europa, canceló la exposición que debía celebrarse en Londres y regresó a América.

Autorretrato. El marco (1938)
Aunque no renunció al surrealismo inmediatamente, en 1940 participó junto a Diego Rivera en la Exposición Internacional del Surrealismo, celebrada en México, fue posteriormente que negó su pertenencia al movimiento, creían que yo era surrealista, pero yo no lo era. Nunca pinté sueños. Pinté mi propia realidad.

En la década de los cuarenta su reputación artística creció, participando en exposiciones tanto en México como en Estados Unidos.

En 1943 empezó a dar clases de arte en La Esmeralda, Escuela de Pintura y Escultura, animando a los estudiantes a buscar su inspiración en la vida diaria y el folclore mexicano dejando de lado los modelos tradicionales europeos. A los pocos meses, debido a un empeoramiento de su salud, empezó a dar clases en su propia casa, sufría dolores en la espalda y el pie derecho y tuvo que llevar un corsé de acero, volviéndose a operar en 1946. La operación no tuvo éxito y Frida se sintió decepcionada además de soportar terribles dolores.

La columna rota (1944)
Su salud siguió empeorando, fue ingresada en el hospital y sufrió diversas operaciones. Después de la sexta operación fue capaz de pintar de nuevo, mediante un caballete especial montado en su cama. Se movía en silla de ruedas y solo podía caminar cortas distancias usando muletas o un bastón.

Árbol de la vida mantente firme (1946) 
Su estilo cambió, debido al dolor, los analgésicos y la bebida, sus cuadros ya no tenían la precisión técnica y el detalle que los caracterizaba.

No fue hasta 1953 que se realizó la primera exposición en solitario de la artista en México, a pesar de la oposición de los médicos decidió asistir siendo trasladada con una ambulancia y visitó la exposición en una cama con dosel.

Poco después sufrió un duro golpe al tener que amputarle la pierna derecha. Le construyeron una artificial y aprendió a andar con ella pero cayó en una profunda depresión que la llevó a pensar en el suicidio.

Viva la vida. Sandías (circa 1952)
Murió la noche del 12 al 13 de julio de 1954 mientras dormía, las últimas palabras en su diario fueron, espero alegre la salida y espero no volver jamás.